La Flauta
Azul casi transparente
(1976)

Drogas, sexo, soldados negros americanos, orgías, fluidos corporales, saliva, jugos gástricos y vómitos. “Azul Casi Transparente” fue un libro muy difícil de entender para mí. Esta vez, mientras la releía por primera vez en unos 30 años, me di cuenta de que ya había una flauta en esta novela.

 

“Azul casi transparente” traducido por Jorge Berlanga

-No es diferente, sólo que no te das cuenta porque eres mucho más joven que yo. Oye, deberías tocar la flauta, tocar la flauta es lo que tendrías que hacer, inténtalo y hazlo con decisión, sin andar por ahí danzando con mierdas como Yoshiyama.
Eh, ¿te acuerdas cómo tocaste en mi cumpleaños?… Fue en el bar de Reiko, yo aquel día me sentía verdaderamente bien. Algo se agitaba en mi pecho, como, no sé, no puedo realmente explicar cómo me sentía, pero, sabes, estaba como muy relajado:como si acabara de pelearme con alguien y de pronto quisiera reconciliarme con él. Escuchando pensé en lo afortunado que tú eres, sabes, te envidio, puedes hacer que la gente se sienta así. Me refiero a que, no sé, como yo no puedo hacer nada solo, nunca me he vuelto a sentir igual, no puedes saberlo hasta que lo haces por ti mismo.

»Yo no soy más que un yonqui, sí, y cuando me quedo sin caballo, hay veces que no puedo soportarlo, deseando chutarme, sólo queriendo chutarme, a veces creo que mataría a alguien si así pudiera conseguirlo, pero aquella tarde, en casa de Reiko, estuve pensando. Sí, pensé que hay algo, sí, que debe haber otra cosa entre yo y el caballo. Quiero decir que, mientras tiemblo como si estuviera tiritando, tengo tantas ganas de chutarme que pierdo la cabeza, pero entonces pienso que la simple unión entre yo y la Dama Blanca no es suficiente, que debe haber otra cosa. Cuando finalmente me chuto, no pienso en nada, a excepción de una cosa. No en Reiko, ni en mi madre, ni nada, sólo en la flauta como la tocaste aquel día.

»He pensado en hablar contigo acerca de ello alguna vez. No sé cómo te sientes cuando tocas, Ryu, pero ¿sabes que yo me siento fantástico cuando te escucho? Siempre estoy pensando que lo que quiero es algo como lo que tú tenías aquella tarde, lo pienso cada vez que absorbo el caballo en la jeringa. Estoy acabado, sabes, porque mi cuerpo está ya podrido. Y mira mi cara, reblandecida, estoy seguro de que la voy a palmar pronto. No me importa un carajo morir, no importa, no pienso arrepentirme de nada.

»Es sólo, bueno, que me gustaría saber algo más acerca de la sensación que tuve aquella vez que oí tu flauta. Eso es todo lo que quiero, saber lo que era. Quizás si lo supiera, dejaría el caballo, bueno, quizás no. No es por eso por lo que te digo que deberías tocar la flauta, sólo que deberías olvidarte de todo lo demás y tocar, venderé algo de caballo y con la pasta te compraré una buena flauta.

Los ojos de Okinawa estaban inyectados en sangre. Se había manchado los pantalones de café mientras hablaba.
-Entonces, cómprame una Muramatsu; sería algo fantástico.
-;Eh?
-Una Muramatsu, ya sabes, es una marca de flauta. Me gustaría una Muramatsu.
-¿Una Muramatsu, ch? De acuerdo, te la regalaré para tu cumpleaños, y entonces tocarás otra vez para mí.

Okinawa realmente no lo entiende, pero sentía que la “música” (el sonido de la flauta de Ryu) era una especie de esperanza.

Quería que José Luis tocara una flauta que sonara bien, y la idea de que este genio siguió tocando el instrumento que le di, sentí que yo tendría un sentimiento de esperanza de vivir. ( “El hombre” que llamó “El TOSCO” )

“Okinawa” puede haberse convertido en “Ryu Murakami” y “Ryu” puede haberse convertido en “Tosco”.